En nuestras aguas cantábricas suele aparecer bien entrado el otoño y cuando ya el bonito, albacora, se está retirando. No siempre se acercan al golfo de Vizcaya, algunos años como éste forman bancos muy abundantes y rebasan los cantiles de la plataforma adentrándose hasta aguas costeras.
El listado (Katsuwanus pelamis) también llamado
bonito de altura o barrilete es un pez muy abundante en todos los océanos,
normalmente es una especie de mar adentro, gregaria y migratoria. Es la captura
más importante de los atuneros congeladores de altura y a nivel mundial es el
pescado más utilizado por la industria conservera.
Se le distingue por la presencia de varias líneas
longitudinales oscuras en el vientre sobre un cuerpo azul-plateado brillante,
aunque algunos le llaman también serrucho no hay que confundirlo con éste, que
tiene dibujadas también líneas oscuras, más cortas, pero por la zona dorsal, y
además poseen poderosos y afilados dientes siendo los del listado diminutos.
PESCA:
Para el tamaño de los ejemplares que solemos pescar (2-3 kgrs), los listados dan unas picadas exageradas para su tamaño, con fuertes tirones, profundizando con rápidas carreras y continuos zigzags. Suelen atacar los aparejos destinados a la albacora o al atún, mientras vamos detrás de éstos. Hay veces que son muy caprichosos o están más recelosos y cegados por el tipo de carnada que están comiendo en ese momento y no ven otra cosa, a veces por mucho que los pasemos por encima no entran a los señuelos que usamos para los túnidos, ya sea por su tamaño o el calibre de la línea.
Si los hemos
detectado cerca de la costa lo mejor para pasar un rato muy divertido es montar
los aparejos de curri ligero, disminuyendo el grosor de la puntera a un máximo
del 0,60 y poniendo señuelos y anzuelos más pequeños que para el bonito del
norte, como plumillas o pulpitos, cucharillas o minnows poco
voluminosos y que imiten a la anchoa o sardina.
UNOS POCOS PARA HACER UN MARMITAKO Y UNOS CUANTOS BOTES, CONVIENE ROMPERLES LA AGALLA Y QUE SE DESANGREN BIEN |
Tiene una boca delicada y como sus ataques son muy violentos se suelen desanzuelar con facilidad, por lo que te llegan a desesperar. Si pescas al curri, las picadas suelen ser múltiples, por lo que, si no quieres perderlos al romperles la boca, hay que bajar rápidamente la velocidad tras la picada.
Tal como hemos dicho hay veces que se muestran caprichosos y no quieren picar, así que hay que probar con diferentes velocidades, diferentes tamaños de señuelos y longitud de los aparejos, con o sin plomo . Habitualmente damos 12 brazas hasta el plomo y otras 12 brazas hasta el señuelo. Lo mejor es ni ir muy despacio ni muy rápido, ya que la mayoría de las picadas se producen en torno a los 5 nudos. Por debajo no suelen entrar al señuelo y por encima se pierden muchas picadas.
Hay algunos señuelos que al ser
muy ligeros no nadan bien a esta velocidad, por lo que hay que plomar la línea.
También los podemos pescar a spinning, aunque es un pez que te puede volver
loco por que los bancos corren mucho y suelen quedar poco tiempo en superficie,
con paciencia pueden entrar incluso a pequeños vinilos. Los mejores señuelos
son los que imiten a la anchoa juvenil que es su presa favorita.
VALOR
CULINARIO:
Las
preparaciones típicas que usamos para el bonito o atún, en nuestra opinión, no
resultan con este sanguinolento pescado de oscuras carnes. Es de sabor
demasiado fuerte para nuestros paladares.
Consejo: Por
si queremos consumirlo conviene desangrarlo bien, tanto al pescarlo,
sacrificándoles rápidamente y luego antes de prepararlo, teniendo la carne
sumergida durante media hora en agua muy fría con un puñado de sal, después no
ponerle sal. De esta forma guisado en marmitako está aceptable.
En cambio, puesto
en conserva con aceite queda bastante bien. La carne al cocerla queda de color
claro y la acción del aceite en el bote durante unos meses lo suaviza. Lo hemos
sacado en varias ocasiones para algún picoteo con amigos sin decir lo que es y
“cuela” como bonito.
LISTADO EN CONSERVA:
Como no se
trata de piezas grandes, una vez limpios y sin cabeza ni cola en una cazuela de
las que podemos tener por casa nos caben enteros.
Los coceremos
en agua con 60 grs. de sal gruesa marina por litro durante 30 minutos contando
desde que comience el hervor. Cuando empieza a sobresalir la espina central ya
estarán cocidos.
Limpiamos de
pieles y espinas, sacamos los lomos y quitamos toda la zona de musculatura oscura,
cortamos en porciones rectangulares y vamos colocándolos en los botes intentando
dejar los mínimos huecos.
Usamos botes
de boca estandarizada para tapa de 6 uñas, siempre tapas nuevas.
Como el aceite
de oliva está en estos tiempos por las nubes rellenamos con una proporción de
2/3 girasol y 1/3 oliva refinado 0,4, queda un gusto bastante neutro.
Finalmente
cocemos los botes tapados de agua durante 1h desde que empieza la ebullición. Esto nos garantiza una buena conservación al menos por 1 año.
Los guardaremos en un sitio oscuro y fresco, esperar al menos 3 meses para empezar a consumirlos.