EMBARCACIÓN FONDEADA (5)
MATERIALES (1): CAÑAS, CARRETES
Y LÍNEAS.
DESDE NUESTRA PERSPECTIVA DE PESCADORES VETERANOS Y SIN NINGÚN INTERÉS COMERCIAL, REPASAMOS LOS DIFERENTES MATERIALES NECESARIOS PARA AFRONTAR LA PESCA DESDE EMBARCACIÓN FONDEADA CON UN MÍNIMO DE GARANTÍAS Y ASÍ PODER DISFRUTAR A TOPE.
Realmente,
pescar a fondo desde embarcación y lograr un buen rancho de peces se puede
hacer con muy poca cosa; el tradicional volantín o aparejo de mano de nylon
gordo, enrollado en un pedazo de plástico o madera, con un plomo terminal de
buen peso y dos o tres brazolas con anzuelo, sigue dando buenos
resultados. De hecho, muchos pescadores veteranos, auténticos maestros en su
manejo, lo siguen prefiriendo, por una parte apegados a la tradición y por otra
amparados en la practicidad. En una pequeña embarcación sin cabina y con poco
sitio de almacenamiento, un par de aparejos caben en cualquier sitio. Llegas al
pesquero, los desenrollas y listo, ya estás pescando. Por si fuera poco, está
la sensación de sentir la picada y los tirones del pescado al subirlo a pulso.
Así es
como los de mi generación empezamos a pescar. Era raro que en un pueblo de la
costa un chiquillo saliera de casa sin un rollo de pita con un anzuelo por si
acaso, pero eso fue en
el siglo pasado…
…hoy sin embargo salen con
la maquinita o el móvil y si a alguno se le ocurre bajar a pescar al puerto,
raro es el que sabe empatar un anzuelo ...
CAÑAS:
En cuanto
a las cañas, es importante que sean de diferentes acciones y características
según las especies a capturar, profundidad del pesquero y pesos de los plomos
con los que vayamos a actuar.
En el mercado
hay cañas polivalentes o que vienen provistas de varias punteras de diferente
grosor, pero en nuestra opinión es mejor disponer a bordo de varias cañas
de características diferenciadas, con diferentes grados de flexibilidad en la
puntera para marcar bien las picadas, resistencia para el peso del plomo
que usemos y potencia para trabajar el pescado al subirlo.
No es lo
mismo tentar a brecas y panchos sobre un fondo de arena y 30 metros de
profundidad en una tranquila bahía que intentar pescar un pargo de varios kilos
de peso sobre un fondo de roca a más de 80 metros de profundidad en una
zona de mar abierto y corrientes.
El precio
de las cañas de pesca a fondo, comparado con las de otras disciplinas, es mucho
más asequible. Por 40 euros tienes una gran caña, pudiendo comprar cantidad y
calidad a la vez. Además, si se parten en una enganchada, no se nos va la
cartera ya que por un buen precio tenemos material de recambio excelente.
Nos gustan
las cañas en torno a 2,5–3 m ya que son lo suficientemente largas como para
usar terminales largos que separen bien los anzuelos y a la vez resistentes
para operar con plomos pesados sin perder la acción de pesca, además de poder
trabajar cómodamente con izadas de varios kilos de peso. Pero no demasiado
largas o finas como para resultar incomodas de manejar a bordo o demasiado
ligeras o cortas para izar piezas importantes de forma segura.
Para trabajar
sobre fondos blandos o menos profundos (15-60 m) usamos cañas bien
telescópicas, bien de 2 tramos con una acción entre 120-200 gramos. Si optamos
por ir a pesqueros rocosos y más profundos (60-90 m) preparamos el material más
pesado con cañas de dos tramos con acciones que permitan manejar plomos de pesos superiores, a veces de
hasta 500 gr.
Comparando con las cañas que usábamos antiguamente, me sigo asombrando una y
otra vez de cómo con una cañita aparentemente fina y ligera se puede sacar del
roquedal gordos congrios de muchos kilos que en la picada han quedado
enganchados por el morro, con lo que sus afilados dientes nada pueden hacer
contra el nylon del anzuelo.
CARRETES Y LÍNEAS:
Usamos un
variado arsenal de carretes Shimano y Daiwa (desde los 4500 a los 8000) más o
menos modernos, antiguos ejemplares del siglo pasado (Dam y Mitchel), y algunos
otros de principios de siglo (Tica y Grauvell) aún en perfecto uso y que no
desmerecen en absoluto frente a los más modernos si tienen buen mantenimiento.
Los
carretes más "viejunos" que tenemos en uso tienen la ventaja de
poseer bobinas más grandes que permiten llenarlos con líneas de diámetro un
poco más grueso, aspecto éste interesante cuando pescas sobre fondos rocosos
abruptos y profundos. Resultan fiables y poderosos, aunque son más pesados, y
están penalizados por una menor velocidad y suavidad en la izada frente a los
modernos carretes japoneses, lo que los hace más incómodos de manejar durante
una larga jornada.
Sin
embargo, a la hora de trabajar grandes piezas, esta potencia y fiabilidad
resulta una cualidad ya que hay que subir el pescado de forma lenta pero
constante.
Respecto al freno, un veterano Mitchell o Tica no tiene nada que envidiar a
los más modernos. Por tanto, lo que importa es contar con un carrete de un buen
fabricante, con un mantenimiento adecuado, ya sea antiguo o nuevo, más allá de
si tiene acabados atractivos o más o menos rodamientos. Por ponernos a gastar,
nos podemos dejar unos buenos centenares de euros en el equipo, allá cada uno.
Para pescar a fondo no vamos a escatimar y adquirir material “genérico” o “low
cost”, pero no nos pasemos, que no hacen falta “stellas” ni “saltigas” (ni
vestir polos Lacoste con el cuello levantado...)
En cuanto a las líneas con que llenamos las bobinas, usamos
tanto trenzados como monofilamento. El
trenzado tiene la ventaja de usar menor diámetro y coge menos agua, por lo que
cuando hay corriente mantiene más vertical el aparejo. También transmite mejor
la picada al no tener elasticidad, pero perjudica cuando hay un enroque; los
enganches en el fondo son el verdadero talón de Aquiles del trenzado, siendo
mucho más complicado librar el aparejo y produciéndose más roturas.
Otro punto
negativo del trenzado es que es mucho más difícil soltar los líos que se
producen entre los diferentes aparejos, inevitables cuando hay varias cañas en
el agua y el barco bornea o hay mucha corriente. ( Hay días que convendría llevar a la abuela en
el barco, diestra a la hora de desliar lana enmarañada).
Pasando
muchas horas pescando, el clásico monofilamento termina siendo más práctico y
eficiente. ¡Ojo!, hay líneas que aunque aseguran una gran resistencia en sus
especificaciones, son en realidad muy frágiles. Al hacer una gaza y tirar seco
y con fuerza, muchas parten a la primera.
El diámetro que usamos va del 0,40 para los carretes más pequeños al 0,45 para los más grandes. Hay algún fabricante que también ofrece grosores intermedios. Son diámetros que aguantan cualquier presa estando bien conservados, sin roces y con nudos nuevos. Diámetros mayores perjudican mucho cuando hay corriente ya que ofrecen más superficie y son arrastrados en mayor medida.
Y por hoy lo dejamos. Próximo capítulo: Terminales
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