jueves, 5 de julio de 2018

PESCAR Y COCINAR CABRAS : RECETA MARINERA


LA CABRA (Serranus cabrilla), IDEAL PARA INICIARSE EN LA PESCA DESDE COSTA O EMBARCACIÓN, ES UNA DE LAS CAPTURAS MÁS HABITUALES JUNTO CON LAS DIFERENTES ESPECIES DE LÁBRIDOS (julias, durdos, etc). PROPORCIONA MUY BUENOS RATOS, SOBRE TODO A LOS MÁS PEQUES, Y ES UNA ESPECIE ACCESORIA CUANDO, PESCANDO FONDEADOS, BUSCAMOS CAPTURAS DE MÁS NIVEL.






BIOLOGÍA Y COSTUMBRES:


Este pez pertenece a la familia de los serránidos y su forma y coloración recuerda a un pequeño mero, con el que está emparentado.

Raramente sobrepasa los 25 cm, pero sin embargo es un voraz depredador de los fondos rocosos. Caza todo tipo de presas, desde pequeños crustáceos o moluscos hasta peces, siendo habitual hallar en su buche pequeñas babosas o gobios presentes en estos hábitats, pero no dudará en atacar a cualquier "incauto" que invada sus dominios, al que intentará atrapar con su amplia y poderosa boca.

Su ataque es veloz, lanzándose sobre sus presas para inmovilizarlas, por lo que sus picadas a nuestros aparejos serán potentes y casi siempre se enganchará en el anzuelo.





Frecuenta todos los fondos rocosos costeros, nadando siempre cerca de los mismos. También está presente a más profundidad, 100 metros e incluso más, tanto en zonas rocosas como mixtas o fangosas.

Su coloración es pardo-naranja, a franjas irregulares, lo que le hace mimetizarse con los fondos de roca y algas. Presenta dos libreas o esquemas de camuflaje, una en la que predominan listas verticales amarronadas en la mitad superior del cuerpo sobre un fondo anaranjado y otra en la que destacan dos líneas oscuras longitudinales sobre un fondo pardusco, más típica de los ejemplares jóvenes.

Se reproduce hacia finales de primavera y principios de verano.

PESCA:

Muy territoriales y agresivas, raramente se alejan demasiado de su zona de caza o de su guarida. Tampoco forman grupos numerosos, siendo por lo tanto la pesca a la deriva la mejor técnica al permitir recorrer así más zonas de captura.

Es un pez muy curioso, por lo que muchas veces ataca señuelos tan grandes como él. Entran a jigs o peces de curricán cuando andamos detrás de lubinas o dentones.




Es muy apropiada para la típica pesca del verano, la de sacar a los amigos o a los más jóvenes de la familia a disfrutar con buen tiempo, aunque también hay pescadores veteranos verdaderos especialistas en la pesca de este pez, ya que te garantiza llevar un buen caldero para casa.

Por tanto, la pesca a fondo con carnada y a la deriva es la que garantiza más capturas.

Si queremos ser más selectivos, deberemos buscar fondos de piedra más planos y regulares, con lo que tendremos que alejarnos un poco más de la costa, ya que suelen ser más profundos (40- 60 m). Aquí la mayoría de las picadas corresponderán a cabras, siendo su coloración apreciablemente más clara que la de las pescadas cerca de la costa.

Si pescamos sobre fondos irregulares de rocas abruptas con escalones y caídas, típicos de los bajos o cercanías de acantilados, deberemos buscar profundidades de entre 20 y 30 metros para garantizar más capturas. Estas irán acompañadas por julias y otros peces de roca, haciendo más variada la jornada.


Si estamos cerca de la costa también caerán
unas cuantas julias.

El mejor cebo, por fácil de conseguir y barato, es el calamar fresco y/o congelado, cortado en pequeñas tiras, aunque las kiskillas o camarones son una golosina para ellas. Cualquier gusana pequeña o cortada en trozos da también buenos resultados.

Los anzuelos no hace falta que sean muy pequeños ya que las cabras, como ya hemos dicho, tienen boca grande para su tamaño. Usando un anzuelo recto del 4 evitaremos que se lo traguen, despescarlas será más fácil y podremos soltar vivos los ejemplares pequeños. Antes de liberarlas siempre es conveniente tenerlas vivas un rato en un recipiente con agua para que se aclimaten y vacíen la vejiga pues de otra manera no podrían profundizar y al soltarlas serían rápido pasto de las gaviotas.



El volantín con plomo terminal y 2–3 anzuelos en brazolas cortas se puede usar bien a mano, bien con una caña ligera para notar bien las picadas. Arrastraremos el aparejo levantándolo ligeramente del fondo según vamos detectando las irregularidades del mismo.

También podemos usar el tradicional plomo piramidal (en torno a 300 gr) con varilla y dos brazolas largas, una un poco más corta que la otra, normalmente con aparejo de mano y cuerda. Se levanta siempre una braza del fondo.

Es el aparejo preferido por los pescadores tradicionales, ya que es muy pescador. La brazola larga pesca siempre mejor que la corta y la varilla transmite muy bien las picadas y clava sola a los peces. A veces da la sorpresa en forma de panchos, fanecas, brecas o durdos.



Otro sistema que da también buenos resultados es usar una chicharrera con un pequeño jig terminal, y bajarla hasta el fondo, levantándola una o dos brazas y haciendo subir y bajar el aparejo con la caña. Si le ponemos además unos pedacitos de calamar o sardina en cada anzuelo con plumillas, potenciaremos el número de picadas.

Esta técnica nos permitirá también cobrar seguramente algunos chicharros, sobre todo a primeras o últimas horas del día.




Y ahora, una vez que tenemos unas cuantas cabras en casa tras un día de buena pesca, ¿qué hacemos con ellas?


CABRAS GUISADAS



Es un pez de carne firme y sabrosa, con gusto a marisco, pero de mucha espina. Lo habitual es que se consuma frito o sea utilizado para caldos o sopas junto con otros pescados de roca. Difícilmente se ven en las pescaderías, por lo que suelen ser muy apreciadas por los no pescadores que las aceptan de buen grado cuando las regalas.

Comerlas siempre fritas termina siendo monótono y hacer sopa con ellas trabajoso. La preparación que proponemos permite sacarle bastante partido, siendo una receta muy fácil, económica, y además deliciosa, y permite elaborar un excelente primer plato.

Es una receta de marineros veteranos. El pescado de descarte y las patatas nunca han faltado, ni faltarán, en un barco pesquero.

Esta preparación hace que no tengamos que luchar con las espinas al comerlas.


INGREDIENTES (4 RACIONES)

4 cabras grandes
4 patatas hermosas
2 cebollas o cebolletas
1 pimiento verde
Agua, sal y aceite

PREPARACIÓN (+- 30´):


 Cortar las cabras en dos. Dar un corte oblicuo desde detrás de la cabeza hasta el final de la tripa. Así separaremos la zona de las espinas ventrales.

Paso 1:  Dar un corte oblicuo 


Reservamos las colas para el guiso y las cabezas para el caldo.

Cortar la cebolla y el pimiento en juliana fina. Pelar y cortar las patatas en rodajas de aproximadamente 1 cm de grosor.

Salar el pescado y planchear las colas hasta que se doren sin terminarlas de hacer por dentro. Poner a cocer las cabezas en agua con su punto de sal unos 10 minutos para elaborar un caldo con el que guisar las patatas.

Paso 2: Elaborar un caldo con la cabezas y planchear las colas


Pochar la cebolla y el pimiento con un poco de aceite hasta que se doren bien. Hay que hacerlo bastante, ya que cuanto más dorada y tierna quede la cebolla más ricas quedarán luego las patatas.
Paso 3: Pochar cebolla y pimiento, pelar y laminar las patatas

Rehogar las patatas en la sartén o tartera que hemos usado para la cebolla, mezclando bien. Cubrir con el caldo. Se deja cocer unos 10 minutos. 
Paso 4: Rehogar las patatas y la verdura, añadir el caldo.

Entonces se añaden las colas de las cabras sobre las patatas y se mantiene el hervor durante otros 10 minutos, tiempo suficiente para que las cabras y las patatas terminen de hacerse.
Paso 5: Añadir las colas de cabras.

Se puede añadir más caldo si vemos que el guiso está quedando seco. Reposar y listo para servir.
Paso 6: Reposar, partir pan y al ataque.



¡Hasta la vista!

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