El atún rojo está de moda desde hace unos años, esto es innegable, aunque no ha desbancado al bonito del norte o atún blanco en las mesas más tradicionales. Muchos piensan que en España el atún rojo es propio del Sur y el atún blanco del Norte. La realidad es que ambos peces se pescan tanto en el Cantábrico como el Mediterráneo, lo que si es cierto es que el sur y el Mediterráneo tiene más cultura gastronómica de atún rojo y el norte de atún blanco. Respetando los gustos de cada uno, a nosotros que nos gustan mucho ambos, planteamos la siguiente pregunta:
¿cuál de los dos tiene más valor
gastronómico, el atún rojo o el bonito?
Para los pescadores del cantábrico la pesquería por
excelencia es la del bonito y siendo una captura secundaria el atún. Así mismo
la gente de mar en la mesa prefiere el bonito al atún rojo, también llamado cimarrón,
valorando más la blancura de la carne del bonito.
El atún rojo tiene mucha más publicidad y marketing en los
medios: demostraciones de ronqueos, despesques de almadraba, visitas turísticas
a granjas de engorde, etc. llenan reportajes en revistas y cadenas de
televisión. La oferta de este pez y de los que se comercializan en su lugar han
invadido las cartas tanto de restaurantes de lujo como de modestos
chiringuitos. La globalización de la cocina nipona, donde se supervalora, ha
hecho mucho a favor de su difusión. La pesca se realiza habitualmente mediante
redes ya sea en almadrabas o grandes pesqueros, aunque hay una mínima parte que
se captura artesanalmente a anzuelo.
El bonito pasa más desapercibido, pero es mucho más
consumido en España. De publicidad, apenas algún anuncio de vez en cuando en la
tele por parte de alguna conservera del País Vasco o algún otro institucional
donde nos anuncian que es temporada. Normalmente ambos hacen hincapié en que su
pesca es artesanal, de uno en uno y sostenible. Para la flota española el uso
de redes pelágicas para esta especie está prohibido a diferencia de otros países
europeos como Francia e Irlanda.
PROBATURA EN EL TXOKO:
Me interesaba tener la opinión de un grupo de personas, que
por sus gustos culinarios no tuviera sesgos a favor o en contra de un pez u
otro, así que reuní a unos amigos en torno a la mesa en un txoko o sociedad
gastronómica ( cumpliendo la normativa sanitaria de la pandemia) y les
preparamos atún y bonito a la plancha. Elegimos cortes del lomo y ventresca de
ambas especies. Y tras degustar generosas raciones de ambos, preparados al punto, les preguntamos cual les había gustado más y por qué.
DEGUSTANDO ATÚN Y BONITO EN EL TXOKO |
El resultado de la cata fue en la práctica un empate técnico:
De los 12 comensales, 5 se decantaron a favor del atún, 5 a favor del bonito y a
2 les gustaron ambos por igual.
En cuanto a las apreciaciones cualitativas podemos destacar
que los lomos de atún sobresalieron , y en cuanto a la ventresca el comentario
general fue favorable a la de bonito. Se comentó a favor del atún que estaba
muy jugoso y a favor del bonito que su sabor era más delicado.
COMPARATIVA
Vamos a ver los puntos fuertes culinarios de uno y otro, y
donde destaca uno sobre el otro:
La principal diferencia no solo es el color de la carne,
blanca o rosa del bonito y marrón o roja del atún. La proporción media de grasa
en el bonito es del 6% y en el atún del 12 %, esto en algunos aspectos juega a
favor y en otros en contra, según la
preparación que queramos darles.
El atún rojo destaca con preparaciones muy simples, en
crudo, levemente marinado o con una vuelta por la plancha sellando el exterior
y dejando sin pasar el interior. Suele parecer así más gustoso y jugoso que el
bonito. Pero ojo, por que la tendencia de los cocineros es hacerlo demasiado
poco para así no pasarse, ya que su punto se pasa muy rápido y ya no está tan
bueno, quedando más fuerte y menos atractivo.
Una mención aparte merece la ventresca o barriga, la parte
más grasa de todas. Es por esto que aunque la pasemos más que los lomos, nunca
va a quedar seca, y así la combinación de la finura de la carne del bonito pero
con más jugosidad, haga insuperable una ventresca de bonito a la brasa, por
mucho que los gaditanos puedan no estar de acuerdo.
El bonito destaca cuando hay que aplicar procesos de cocción,
siendo las conservas su punto fuerte, siendo muy superiores a las de atún, ya
sea en aceite o en escabeche. Para los salazones, como la mojama, al no
necesitar cocinado y tener más sabor destaca el atún.
Para los guisos, como el marmitako, ricos tanto usando uno u
otro. Nos decantamos por los de bonito por que quedan mucho más equilibrados.
El atún al ser generalmente de mayor tamaño permite
despiezarlo diferenciando los diferentes músculos y cortes, con lo que podemos
observar al comerlo diferentes texturas en un mismo pez. Esto con el bonito, al
ser de menor tamaño, es más difícil. Además, está demasiado arraigado entre los
pescateros el cortarlo en rodajas, nosotros preferimos cortar el bonito
longitudinalmente, en forma de lomos.
OPINIÓN Y CONCLUSIONES
Gracias a conocerse más la cultura gastronómica alrededor
del atún rojo hemos aprendido a comer el bonito de otras formas e incluso de
cortarlo de forma diferente a la tradicional rodaja.
El bonito en la cocina puede ser más todoterreno que el atún y aceptar muy diversas
preparaciones que lleven más punto de cocinado, pero también aceptar perfectamente prepararlo crudo o poco hecho. Como la tendencia actual es no
pasarlo tanto como antaño las diferencias entre uno y otro son muy pequeñas y estriban en el gusto
personal.
A nuestro entender el atún está a veces demasiado sobrevalorado,
tanto en cuanto a precio como gastronómicamente si lo comparamos con el bonito, más asequible y tan rico cuando lo preparamos ya sea al estilo tradicional del Cantábrico o al estilo de otras culturas gastronómicas.
El atún rojo resiste puntos de cocción menores que el
bonito, así que siempre habría que consumirlo previamente congelado, por lo que
la mejor forma es consumirlo crudo o poco hecho, esto hace que a algunas
personas les entusiasme pero a otras les eche un poco para atrás y prefieran el
bonito al ser más blanco.
En definitiva: el bonito nos parece un pescado más fino y
delicado que el atún ya que éste es más fuerte y salvaje. El bonito admite ser
preparado de más formas y puede ser consumido con más frecuencia que el atún,
mucho más graso , por lo que es más empalagoso y termina cansando si se consume
a menudo.
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