Están formadas por cuatro grupos de islotes, conocidos con el nombre del mayor de cada uno de ellos. Ordenados de Norte a Sur son: L´illa Grossa, La Ferrera, La Foradada, y El Bergantín. En total son 19 ha. La reserva marina alcanza las 4.400ha.
En el pasado se las conocía con el nombre de Columbraira y también con el de Ophiusa, términos que aluden a la gran cantidad de ofidios que las poblaron hasta mediados del siglo XIX. Estos animales fueron extinguidos durante la construcción del faro de l’Illa Grossa en 1855, pues eran tan abundantes que ponían en peligro la vida de los trabajadores (la mayoría presos condenados a trabajos forzados). Para ello se prendió fuego a toda la maleza de la isla, soltando luego piaras de cerdos y multitud de gallinas para terminar con los reptiles supervivientes.
El faro mantuvo una población de fareros hasta 1975, año en el que se automatizó. Desde entonces, las islas están habitadas tan sólo por personal perteneciente a los servicios de vigilancia establecidos por la “Generalitat Valenciana” en 1987. Desde este año la zona está protegida y desde hace diez años las islas Columbretes se han convertido en uno de los mejores parajes para el buceo de todo el Mediterráneo. Es Reserva Natural desde 1988.
El interés de este archipiélago se debe a su gran importancia como zona de paso y descanso de las aves migratorias. Las Columbretes son para esas especies un puente entre las marismas del sur de Francia y la Albufera de Valencia en sus dos migraciones anuales, en primavera y otoño. Allí anidan, además, buen número de gaviotas adouin -muy escasas en el planeta- y de cormoranes moñudos, así como la pardela cenicienta y el halcón de la reina. Hay también una especie de lagartija propia de las islas, numerosos escorpiones y pequeños insectos que se han adaptado a las condiciones específicas de las islas.
Halcón de la reina |
Gaviota adouin |
El interés de las islas se multiplica cuando nos sumergimos en sus fondos marinos. La complicada topografía de éstos, llenos de escollos, bancos y bajos, es el refugio natural para múltiples especies sobreexplotadas por la pesca.
Además de una excepcional riqueza de especies y variedad de comunidades bentónicas, aparecen singularidades como el coral rojo (Corallium rubrum) y el alga Laminaria redriguezi, muy escasa en nuestro mar.
Posidonia |
Las praderas de posidonia constituyen uno de los hábitats más productivos e imprescindibles del ecosistema marino. Las islas Columbretes son ricas en estas praderas, refugio de multitud de especies.
Entre ellas, destacan la hurta, el espetón, la oblada, el mero, la mojarra, la brótola, la barracuda, la morena y la langosta, entre otras muchas.
Hurta o urta |
Oblada |
La oblada no es tan apreciada gastronómicamente como otros espáridos, pero puede comerse y su sabor es más que aceptable.
Mero |
El espetón,pescado blanco, tiene la carne tierna, sabrosa y de buena calidad. No tiene muchas espinas, y las que hay son grandes y fáciles de localizar. Especie sin gran interés en nuestros mercados, se vende fresco, ahumado y enlatado en aceite.
Brótola |
La brótola es un pez de fondo muy buscado dado su exquisito sabor. Pertenece a la familia de los Gádidos entre cuyos miembros se encuentran especies tan importantes para la nutrición humana como el bacalao, la bacaladilla, la merluza, la maruca o especies de interés deportivo como la móllera o faneca.
Barracuda |
Langosta roja |
Sargo real |
La carne del sargo real resulta extraordinaria porque es un pez que se alimenta básicamente de moluscos y marisco, preferentemente de mejillones, erizos de mar y percebes.
Mojarra |
Mide entre 20 y 40 cm. Se alimenta principalmente de algas, erizos y gusanos. Su sabor resulta muy sabroso y es uno de los objetivos principales de los pescadores.
No existen servicios regulares de transporte a las Columbretes, por lo que el visitante ha de alquilar una embarcación. Durante el verano funciona un servicio de golondrinas desde Castellón y Peñíscola. Se precisa autorización para la visita. (Se da al llegar a la islas).
Merece la pena visitar estas islas. El viaje en barco dura unas 5/6 horas entre ida y vuelta. Una vez allí, sólo se puede acceder a tierra en visita guiada (incluída en el precio de la excursión). Tras la misma, se come en el barco (está totalmente prohibido hacerlo en tierra) y es el momento de un bañito refrescante en el cono volcánico.
Rumbo a las Columbretes... Luego se torció el mar (ver entrada sobre el mareo en este mismo blog...) |
Práctica del buceo
La normativa de la Reserva Natural, exige llevar a la isla documentación original y en vigor. Los guardas comprueban las documentaciones.
Obligatorio llevar a la isla:
D.N.I. – CARNET de buceo – SEGURO de buceo
LIBRO DE REGISTRO con 25 inmersiones mínimo (para todas las titulaciones), el ultimo buceo hecho dentro de los 12 meses anteriores. (B.O.E. del 02.01.09)
Pero con un simple snorkel también se puede uno dar el gustazo de contemplar un fondo marino de una limpieza y exuberancia impresionantes.
Hasta otra!!
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