viernes, 5 de octubre de 2018

PESCAR BRECAS A LA DERIVA


  La breca, ya sea a embarcación fondeada o a la deriva, es una de las presas típicas del otoño.  Para nosotros hacerlo a la deriva es una pesca de las más relajantes y divertidas que conocemos y, por lo tanto, nuestra favorita para andar tras los bandos de brecas.




La breca o pagel (Pagellus erythrinus), es un pez muy bonito de pescar. Como no suele alcanzar grandes dimensiones, ni tiene fuertes dientes, podemos emplear aparejos y equipos finos, lo que unido a que es un pez muy luchador, con carreras y continuos intentos de tirar para el fondo cuando los subimos, hace que su pesca sea muy entretenida.



Días claros, tranquilos y con ligera deriva son los mejores.


Los mejores días suelen ser los claros y tranquilos, aunque como con todos los peces, los mejores momentos se suelen dar al amanecer y al anochecer. La breca suele tener también otro momento de buena actividad al mediodía, cuando el sol está en lo más alto, especialmente con los días despejados. Podemos decir que es un pez al que le gusta la luz y raramente está activo por la noche.





Cuando es joven suele formar pequeñas bandadas, pero los ejemplares más grandes, aunque frecuentan los mismos lugares, suelen ser más solitarios. Puede alcanzar excepcionalmente los 3 kilos de peso, aunque los más abundantes son los ejemplares en torno al cuarto kilo.

TÉCNICA:  Las brecas son peces a los que claramente les llaman la atención los cebos en ligero movimiento. Al alimentarse sobre el fondo y gustarles los sustratos blandos, sobre todo los arenosos, la misma acción del plomo arando el fondo les atrae. Por lo tanto, practicaremos esta modalidad arrastrando los aparejos sobre fondos arenosos o fangosos.

No suele hacer falta tener la caña en la mano para advertir las picadas, ya que de esta forma la breca suele morder el anzuelo con decisión.

 Aprovecharemos la deriva de la embarcación, ya sea producida por la corriente o el viento. Si la embarcación corre demasiado, los aparejos irán demasiado rápido o incluso se levantarán del fondo, por lo que apenas tendremos picadas. Si esto ocurre podemos probar con el ancla de capa o fondear en nuestros puntos favoritos. Si la corriente o el viento arrecia, podemos probar una técnica muy sencilla y que funciona muy bien; dejaremos abiertos los frenos de los carretes de una forma que aguanten los tirones producidos por la deriva y suelten línea lentamente de vez en cuando. Las picadas o los enroques se notarán muy bien ya que la chicharra del freno nos lo cantará al empezar a salir línea más rápidamente.




 De cualquier forma, es una técnica muy fructífera ya que atrae al pescado aun cuando esté reacio a picar. Tienes la ventaja añadida de que puedes probar diferentes sitios durante una jornada de pesca sin el engorro de sacar y tirar el ancla. De esta forma puedes localizar los bancos de brecas que, aunque siempre tienen sus zonas preferidas, por la presencia de alguna piedra, sustratos más ricos en comida, taludes, etc, andan deambulando pegadas al fondo en busca de presas. Habitualmente con este sistema al pasar por la zona donde andan se suelen producir bastantes picadas múltiples.






Se suelen mover por la misma zona pero desplazándose a diferentes profundidades. Hay días que se acercan mucho a la costa visitando aguas someras. Incluso se pueden capturar desde las playas o escolleras practicando el surf casting. En ocasiones, bajan a las zonas más profundas de los arenales sobre todo si hay mar de fondo. Derivando con la embarcación podemos recorrer todo el pesquero, seleccionando recorridos a sondas diferentes, aumentando así las probabilidades de encontrarlos. 

TÉCNICA: Cuando hay demasiada deriva conviene dejar los frenos de los carretes medio flojos. (Nota: subir el sonido y atentos que hay picada)



Dió una buena picada.



HÁBITAT:
Las podemos buscar tanto en aguas someras en la zona donde las playas costeras empiezan a ganar fondo, como en aguas mas abiertas en zonas de playas sumergidas hasta los 60 metros o más de profundidad.





Los ejemplares más grandes suelen merodear por las zonas cercanas a piedras rodeadas por fondos blandos o por los límites de extensiones de fondos rocosos. Si vemos que por la acción de la mar de fondo ha entrado alga en el pesquero, ya podemos recoger y dedicarnos a otra cosa.




CEBOS:
La breca se alimenta de los pequeños invertebrados del fondo, especialmente los gusanos políquetos y pequeños crustáceos. Los ejemplares de mayor talla también atacan a los pequeños chipirones y moluscos que puedan encontrar. Al no tener una potente dentadura, los mejores cebos son los blandos.


Un poco de arena en la bandeja de cebado nos ayudará
a manipular y encarnar las gusanas.


Podemos utilizar por lo tanto una variada oferta de carnadas; gusanas de todos los tipos, camarones, gambas, pequeños cangrejos de arena, ermitaños, tiras de calamar, puntillas, etc. Todos van a ser atacados por las brecas, pero lo que mejor funciona a la deriva son las gusanas y los pequeños crustáceos. El resto de cebos los dejaremos para cuando pesquemos fondeados.

Gusanas:
Todas las gusanas son efectivas. No hace falta recurrir a los ejemplares o variedades más gordas ya que dan mejor resultado los gusanos más pequeños o en trozos. Entre los que se pueden conseguir  en nuestras rías las más abundantes son  la gusana verde (“ tubo”) y la arenícola (“coco”) junto con la gusana de fango (norte).




Menos abundante y complicada de recolectar es la gusana de arena (“hermentino”), largo y fino, con fuerte olor a yodo. Vive en las playas bajo las piedras enterradas y es el cebo con el que siempre hemos conseguido las mejores pescatas de brecas, ya sea desde costa o embarcación.




Aún más difíciles de conseguir son la gusana de agua y la de rosca. Afortunadamente, se puede encontrar de todo en las tiendas especializadas. De entre las gusanas importadas las que mejor van son el americano y la coreana roja.

Crustáceos:
Deben estar bien vivos. Los mejores son los camarones (kiskillas) y los cangrejillos (grillo de mar) insertados por la cola en el anzuelo y dejando el cuerpo libre.





APAREJOS:
 Plomo de bola corredizo o fijo de pera con fusible y terminal largo de monofilamento color blanco o gris claro de 0,30 ó 0,35 de diámetro (por lo general usamos el 0,30 pero a profundidades mayores o pescando cerca de piedras podemos aumentar el grosor del terminal) y de 70 – 80 cm de longitud con anzuelos finos del 1 ó 2 rectos y de patilla más bien larga, apropiados para cebar con gusanas.


En esta ocasión salieron ademas de brecas, varios salmonetes, golondros y alguna chopa.


ESPECIES: Además de las brecas, salmonetes, perlones, pargos y herreras son también atraídos por cebos que se muevan por el fondo potenciando sus ataques. Rayas, peces planos, sargos y aligotes también pueden atacar ocasionalmente nuestros cebos cuando hay poca deriva. Las chopas y doradas es muy raro que ataquen los cebos en movimiento.




Es curioso; a diferencia de la mayoría de pescados de nuestras costas, que se les llama en cada puerto de un nombre diferente, el pez que nos ocupa tiene asociados muy pocos nombres comunes o locales, siendo conocido en toda la costa española como breca o pagel. Sólo he encontrado otra denominación local, "lamote", en Gipuzkoa.


Garapello: Fotografia tomada en un mercado de Madrid


Existe otra especie muy parecida, con la que se puede confundir, de aguas más templadas, rara en el sur del Mediterráneo y el estrecho y más común en aguas africanas. Se trata del garapello o breca moruna (Pagellus belloti), más rojiza y con unas líneas longitudinales oscuras.





GASTRONOMÍA:
Es un buen pescado con carne firme y gusto fino, aunque poco graso, por lo que tenemos que cuidar no hacerlo demasiado. Como mejor está es a la plancha, abierto y con un refrito de ajos, guindilla y vinagre.

¡¡¡¡ BUENA PESCA Y QUE APROVECHE !!!!




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