jueves, 13 de octubre de 2016

PESCAR " EN LA CALA " : PESCA DE GRAN FONDO



Cuando en los puertos del Cantábrico, se dice que alguien va a pescar a la “cala”, se está refiriendo a la modalidad de pesca denominada deportivamente como “pesca de gran fondo”. Esta modalidad de pesca cada día está más extendida tanto en aguas atlánticas como mediterráneas.


Las gaviotas siempre a la espera de lo que "caiga"


     Esta modalidad de pesca deportiva es la menos conocida de las que se practican en nuestras aguas. Mucha gente aficionada a la pesca, ya sea desde costa o desde embarcación, al enterarse de que aún se pescan besugos y merluzas en el Cantábrico, y a caña, esboza un gesto de asombro y/o escepticismo.

     Las calas son zonas de fondos que por su propia naturaleza y situación concentran la vida marina, y fuera de ellos, las posibilidades de pescar algo disminuyen drásticamente. Frente a Armintza, Bermeo, Elantxobe, Hondarribia… a una decena o más de millas mar adentro y cuando las condiciones meteorológicas  lo permiten, nos damos cita los aficionados a esta modalidad de pesca. Calas como Mar de España, Okarantza, Santamoro, Eskote, etc., conocidas y visitadas desde siempre por profesionales, son ahora lugar de reunión en aguas del País Vasco. La primavera es la estación que más aficionados atrae a la pesca de gran fondo.

     La disminución progresiva de las capturas ha hecho que la presión de los pescadores profesionales haya descendido mucho, ya que aun habiendo pesca, no es rentable su explotación más que para unas pocas embarcaciones.


   
 La tentación de capturar merluzas, besugos o reyes y la menor presencia de profesionales en estos caladeros, unida a la gran presión de pesca en aguas costeras, nos está llevando a cada vez más pescadores deportivos a dar el salto y pescar más lejos y a más profundidad.

  La pesca de gran fondo consiste en hacer bajar una línea con varios anzuelos bien cebados y lastrada con un buen peso a grandes profundidades, preferiblemente donde haya caídas de profundidad o escalones submarinos, donde la plataforma continental empieza a descender y en torno a montes submarinos. A estos puntos se les denomina “cantiles”


     Las profundidades más habituales de pesca oscilan entre los 200 y 350 metros. Estos fondos pueden ser de fango, cascajo o piedra, con caídas suaves o abruptas, variando según ésto las especies que se pueden capturar, pero estando presentes en casi todos ellos las pescadillas y merluzas, así como un pariente de menor tamaño, el lirio o bacaladilla, siendo los besugos y reyes más escasos.

     Los profesionales han usado fundamentalmente tres métodos de pesca: el tradicional palangre de piedra-bola, la pesca con línea vertical a boya y la pesca con carretones manuales y largas cañas, muy común en las embarcaciones merluceras durante los años 60 y 70 del siglo pasado.



  Los pescadores aficionados usaban variaciones de estos métodos profesionales, pero con la llegada de nueva tecnología en cañas y carretes eléctricos es cuando este tipo de pesca se ha hecho más accesible. En esta técnica, italianos y japoneses dominan el mercado. Los precios no son baratos pero el rendimiento y disfrute están asegurados.

  Es ésta una pesca más de patrón que de pescador. Requiere planificar la salida, preparar los aparejos, supervisar el equipamiento del barco, contar con una sonda potente que detecte fondo a más de 300 metros, y un buen GPS (y si éste tiene plotter, mejor), así como del conocimiento de diferentes calas, etc. Y siempre la prudencia; mejor no salir cuando no está el tiempo bien asegurado, ya que es ésta precisamente una modalidad de pesca que necesita poco viento y no gusta de la marejada.

     El resto del equipo consiste en:

- Carretes eléctricos en cañas de 50 libras o específicas para este tipo de pesca.
-  Línea de trenzado multifibra del 0,40 para el carrete (1.000 ms).



EQUIPO Y APAREJOS RECOGIDOS, A CASA CON LA PESCA
  - Bombillas de luz para pesca que se ponen en el inicio del terminal (éste de monofilamento del 0,80 con seis anzuelos del 2/0 y media braza de monofilamento del 0,60), todo ello enlazado mediante giratorios y al final un plomo de entre 1kg y 1½ kg, según la intensidad de la corriente.

    -Los cebos más usados son la sardina, entera o en trozos, el txipirón y el verdel fileteado.

    
     Normalmente se pesca a la deriva, por lo que los vientos o corrientes que nos saquen del pesquero no nos convienen. Es preferible pescar de más profundidad a menos para así pasar nuestros anzuelos por toda la caída del cantil, donde es más habitual encontrar concentrado el pescado.
     
      También se puede fondear, (normalmente sobre fondos de 200 m), para lo cual hay que tener preparado un buen arpeo con por lo menos 500 metros de cuerda y bastante pericia para luego recuperar el ancla. Otro método que usamos cuando hay demasiada corriente o viento es el ancla de capa o “paracaídas”, que frena la deriva de la embarcación.

Hay que mencionar la reglamentación. Ésta permite un máximo de 2 carretes eléctricos por embarcación, y cada línea con un máximo de 6 anzuelos. Hay que tener la licencia de pesca que concedan las autoridades autonómicas, así como el permiso de pesca de altura expedido por la administración central en sus delegaciones de gobierno. Este permiso está sujeto a cupos máximos de pesca para la merluza, normalmente 5 por pescador con licencia y con un máximo de 20 por embarcación.



   

Una salida habitual de pesca comienza siempre consultando los partes metereológicos el día anterior y organizando la tripulación, ya que esta pesca es una actividad que se hace mejor con ayuda, debido a que es de continuo trabajo y bastante exigente.

     Preparamos cebos y combustible, vamos lejos y estaremos bastantes horas con el motor encendido. También preguntamos a otros amigos pescadores si van a salir. Siempre es conveniente tener a alguien conocido bien dispuesto cerca. Ya hemos tenido en nuestro puerto hace poco un caso de hundimiento practicando esta modalidad de pesca, al coger una ola grande por popa y anegar la embarcación. La tripulación tuvo apenas tiempo de avisar a otro barco cercano con el que estaba en contacto, ponerse los chalecos y saltar al agua. Afortunadamente, en pocos minutos pudieron ser rescatados.

     Solemos dejar el puerto de Lekeitio, ya sea a bordo del Pitu o del Uxarre, al amanecer para empezar a pescar en la cala lo antes posible. Las primeras caladas son fundamentales: ¿comerá hoy el pescado?, ¿cómo estará la corriente?. Sólo podemos responder a estas preguntas echando los aparejos bien cebados. Tras algúnos minutos de descenso, tocan fondo y el marcador del carrete eléctrico nos dice que hemos soltado 500 metros de línea. A la profundidad hay que añadir el efecto de la corriente. Nos dedicamos entonces a observar con atención las oscilaciones de las cañas.

     Las picadas de los peces más grandes o la inclinación de las cañas cuando tienen varios pescados se ven bien a pesar de la profundidad. Otras veces sin embargo parece que no ha picado nada y tras 10-15 minutos accionamos el carrete, regulamos el freno y a esperar.


MARUKA

     Es muy emocionante ver cómo empieza a curvarse la caña y a patinar el freno, cómo tarda el aparejo muchas veces hasta 10 minutos en subir. Nuestra imaginación se dispara: será un merluzón, yo apuesto por varios besugos, para mí, por los tirones que da, es un rey… El tramo final de anzuelos (unas 12 brazas) se recoge a mano y se empiezan a ver los destellos de los pescados. Si es plateado, merluza o lirio, si es rojizo, besugo o rey… Las merluzas llegan hinchadas y no luchan, sin embargo, el besugo y el rey pelean hasta el final.

     También a veces se capturan kabratxos de altura, lotxas, txitxarros negros y marukas. Siempre estamos esperando alguna otra sorpresa. 


¡¡¡Quién sabe lo que hay allí abajo…!!!!

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